La ciudad siempre vive el momento. Por desgracia, son pocas las plazas de fuera de Italia que consiguen transmitir esta sensación con la misma fuerza. Los italianos adoran sus plazas y las cuidan con orgullo al igual que otros cuidan sus salones. La Piazza Maggiore de Bolonia es especialmente popular y conforma el corazón de esta ciudad del norte de Italia.
Al igual que hay habitaciones amuebladas y vacías, según el historiador Camillo Sitte, también se puede hablar de plazas equipadas y no equipadas. La condición principal, tanto para una plaza como para una habitación, es la unidad de la sala1. En la Piazza Maggiore, la plaza principal de Bolonia, uno se siente de inmediato como si estuviera en el impresionante salón de la ciudad. Aunque está rodeada de importantes edificios monumentales, como el ayuntamiento en el Palazzo Communale y la basílica de San Petronio (la iglesia de ladrillo más grande del mundo), el rasgo característico de esta plaza se encuentra en el suelo. El centro de la plaza de la ciudad la conforma una plataforma que se eleva 15 centímetros de manera continua y que destaca por el artístico pavimento que, con su propio patrón, sobresale del entorno. No solo los niños de Bolonia lo saben; también los turistas. La Piazza Maggiore no es una plaza del mercado cualquiera, sino que se trata del corazón de Bolonia. Esta plaza pública simboliza, especialmente en verano, el salón de la ciudad. Bajo los pórticos, un saxofonista toca melodías conocidas, unas chicas persiguen palomas por la plaza y un equipo de baloncesto se reúne bajo la sombra del ayuntamiento.