Ya a las 7 de la mañana empiezan a entrenar los primeros, algunos a diario. El Estadio Panathinaikó no solo es un lugar querido por los corredores de Atenas; se trata de una construcción simbólica para la ciudad y para el país entero.
El estadio de mármol, tal y como en la actualidad luce al pie de la colina sagrada Arditos, es «solo» la reconstrucción de su antiguo predecesor; sin embargo, el Kallimármaro (que en griego significa mármol hermoso), como lo llaman los atenienses, conserva su imponente aspecto. El origen del estadio se remonta al año 300 a.C., donde las rondas sagradas de los Juegos Panathenianos tuvieron lugar. Fue reconstruido en el hipódromo de Herodes Atticus alrededor de 500 años después, en el año 140 d.C. Sobre los antiguos cimientos, desenterrados en 1870, se construyó el impresionante estadio para la celebración de los primeros Juegos Olímpicos de la Edad Moderna en 1896. Desde 1982, el estadio se utiliza todos los años como línea de meta de la Maratón de Atenas, que se hizo famosa a nivel mundial en 2004 cuando la selección de fútbol griega se proclamó campeona de Europa. La blanca y brillante herradura de 250 metros parece gigante en el tejido urbano de Atenas, incluso desde la Acrópolis.