Para muchos es, probablemente, la mina más bonita del mundo y, para algunos, incluso la «Torre Eiffel de la región de Ruhr». Con el patrimonio cultural de la humanidad de la UNESCO, Essen forma el punto de anclaje de la ruta europea de la cultura industrial. En la época de máximo auge de la industria minera, la mina de Zollverein era una de las más de 300 minas de carbón de la región de Ruhr. Sin embargo, desde los noventa, la región de Ruhr se ha reinventado. A pesar de la transformación estructural, la tradición de los mineros no se olvida.
La región de Ruhr, llamada también Ruhrpott (o Pott), es conocida en toda Alemania por su espíritu abierto, su cordialidad y su solidaridad. Esta ha ido creciendo en función de su historia, ya que el «curro bajo tierra» requería confianza recíproca. Millones de hombres se jugaban, a diario, la vida y la salud para traer el oro negro a la superficie. Hombre del tiempo, capataz, minero, picador, carretillero: una capa de polvo negro cubría a todos los compañeros, la suciedad aparecía ya en el lavabo y la camisa lucía limpia y pura solo los domingos. En una mina se juntan generaciones; hijos, padres y abuelos han trabajado, por lo general, en la misma mina. Como se dice todavía en Pott hoy en día, han «nacido en el carbón». Los padres, que todavía están allí, cuentan sus memorias a sus hijos y a sus nietos.