El campus Xiangshan es la escuela de arte más importante de China. Sin embargo, el arte no solo prevalece en el plan de estudios, sino también en la vida universitaria en todas sus facetas. Los edificios de la universidad fueron diseñados por Wang Shu, quien es, a su vez, decano de la universidad. En la arquitectura de estos edificios, se combinan elementos de la arquitectura clásica china y elementos contemporáneos. ¿Cómo es para los jóvenes aprender en un lugar como este? ¿Qué papel juegan la tradición y la filosofía china para ellos actualmente? ¿Su propio arte se ve influenciado por ello?
Vika y Anna se acomodan, con una taza de té, delante de la fachada de ladrillo rojo del museo del campus de la Academia China de Arte de Hangzhou. Sus ordenadores portátiles yacen, entre ellas, en el césped y los cuadernos y bocetos están dispersos a su alrededor. Ríen y hablan y, de vez en cuando, saludan a alguno de los estudiantes que pasa caminando. Es la hora de la comida en el campus de la Universidad de Hangzhou. Los estudiantes se sientan juntos en pequeños grupos aquí y allá en la extensa superficie universitaria de 60.000 metros cuadrados sorprendentemente poco explorados por los alumnos. «La vida universitaria aquí es muy diferente a la de Europa», afirma Anna, originaria de Serbia, «el campus es un lugar de descanso y de aprendizaje, no tanto para socializar». Una beca de cuatro años fue lo que trajo a esta estudiante de arquitectura hasta Hangzhou. Ahora, la joven de 26 años estudia, entre otros, con Wang Shu, el arquitecto mundialmente conocido ganador del prestigioso premio Pritzker. El campus Xiangshan es, además de su lugar de trabajo como profesor, uno de sus proyectos más ilustres.
La Academia China de Arte, fundada en 1928, es la primera escuela integral de arte de China comprometida con la incorporación del arte oriental y occidental en el plan de estudios y del arte contemporáneo de la cultura china. El campus Xiahgshan se construyó entre 2002 y 2007 de acuerdo con el proyecto de Wang Shu. En la actualidad, los jóvenes estudian aquí arte, diseño de moda, cine, artes visuales o arquitectura.
«Estudiar aquí es algo especial en todos los aspectos», dice Anna, entusiasmada. «El campus vive el diseño. No solo en forma de profesores y estudiantes, sino incluso en sí mismo. Cada edificio aquí está cuidadosamente pensado, nada se deja al azar. Aquí, en cualquier sitio se siente una energía especial. Todo es inspiración.» Jerry también está impresionado por la curiosa atmósfera del campus. Estudia fotografía y diseño en Wuhan. Hoy ha venido a Hangzhou adrede para capturar con su cámara la excepcional arquitectura del campus. «La integración de los edificios en la naturaleza es increíble. No parecen un cuerpo extraño en el paisaje, sino que se mezclan con él.» De hecho, el campus, que se completó en 2007, cuenta con pequeños jardines, lagos y cauces. La naturaleza reclama, aquí y allí, una parte del campus, lo cual se aprecia en los árboles y enredaderas que encuentran su lugar entre los edificios, satisfaciendo la filosofía china de la unidad con la naturaleza.